domingo, 16 de diciembre de 2007

Las joyitas del país...

Es curioso. Siempre me he fijado -cuando viajo en micro, sobretodo- que la mayoría de la gente, al leer el diario, el primer foco de su atención es la sección de espectáculos, más conocida como "farándula".


Y es que, en verdad, al común de los chilenos (no diré todos, porque a mí me importa un rábano) les encanta enterarse de las copuchas del espectáculo. Quién se casó con quién, dónde vieron el otro día a Fulanito, con quién andaba Mengano en su casa de la playa... en fin.


La cosa es que uno puede preguntarle , en la calle, a una señora por las últimas medidas que se tomaron para el Transantiago, y no tienen idea, pero pueden contarte con lujo y detalles cómo terminó el último pololeo de Pinilla.

¿Cultura popular?


Es triste pensar que, hoy en día, los personajes que logran mover masas y acaparar el interés popular -en nuestro país- son futbolistas, modelos, actores u opinólogos, que no tienen mucho que decir; mientras las verdaderas noticias hacen cola, esperando que alguien se interese en leerlas.


¿Me lleva por cien?

Frase típica de algunos entes santiaguinos, cuando aún funcionaba el antiguo sistema de transporte en la capital. ¿Quién -incluso por apuro- no la usó alguna vez?


Pero ahora la cosa ha cambiado mucho. Con el Transantiago y las tarjetas Bip!, ya no es "¿Me lleva por cien?"... ¡Qué va!, ni siquiera es "¿Me lleva gratis?". Ahora la gente, como Pedro por su casa -y aprovechándose del pánico colectivo- llega y se sube a los buses sin pagar. Ni permiso piden. Total, nadie dice nada (porque si alguien llega a decir algo, lo empapelan a garabatos... y, porque la mayoría de las veces, no se sube uno, sino VARIOS barsas juntos).


La cosa que muchos no entienden aún, es que aquellas irregularidades, las terminamos pagando todos los demás. Pero ¡vaya uno -o el chofer- a sacarle en cara algo a alguno de esos delincuentes (porque, al final, eso son)!... porque más de algún pasajero va a salir en su defensa.


¿Y después nos quejamos porque nos suben el pasaje?


Sinceramente, los santiaguinos son para mí una especie rara, con conductas impredecibles y hasta irracionales... y quién sabe, tal vez en peligro de extinción.